lunes, 1 de agosto de 2011

Principales exponentes del Mercantilismo.

Juan Bodino (1530-1596)

Juan Bodino
Pensador francés (Angers, 1530 - Laon, 1596). Jurista de formación, Bodin ocupó diversos cargos (abogado en el Parlamento de París desde 1560, procurador del Tercer Estado en los Estados Generales de 1576…) en la época en que Francia se desangraba por las guerras civiles entre católicos y protestantes (hugonotes). Buscando el modo de superar este clima permanente de violencia -que además debilitaba a Francia en su relación con otras potencias-, Bodino abrazó un tercer partido, llamado de los «políticos», que proponía la tolerancia religiosa y el reforzamiento de la autoridad del Estado como árbitro que garantizara la paz entre las comunidades enfrentadas. En consecuencia, y aunque había apoyado anteriormente a la Liga católica, acabó reconociendo como rey al hugonote navarro Enrique IV, cuya conversión al catolicismo puso fin al conflicto mediante una solución de compromiso (1593).
Entretanto, Bodino había plasmado las ideas que sustentaban su postura en un libro fundamental para la historia del pensamiento político occidental: Los seis libros de la República (1576), publicado sólo cuatro años después de la gran matanza de hugonotes de la Noche de San Bartolomé. En ellos acuñó el concepto de soberanía como el poder único, perpetuo, absoluto e indivisible que impone el orden en un Estado impidiendo la guerra entre sus súbditos; bajo ningún concepto consideraba legítima la insurrección contra el soberano, pues estimaba que siempre era preferible la tiranía a la anarquía.

En un terreno más concreto, sus propuestas conducían a un reforzamiento del poder monárquico, razón por la que se le puede considerar un precursor teórico del absolutismo de Luis XIV. No obstante, el tipo de Estado que Bodino propugnaba incluía varios límites frente a la arbitrariedad del soberano, como la obligación de respetar las leyes divinas y naturales, o la prohibición de imponer nuevos tributos sin consentimiento de los representantes de los contribuyentes. Aunque estas precisiones hagan el sentido general de su obra un tanto ambiguo, no cabe duda de que el pensamiento de Bodino fue un paso fundamental en la definición del moderno Estado nacional.
Bodino fue también un mercantilista, partidario de un sistema de protección estatal para la industria nacional. Pasa por ser el creador de la teoría cuantitativa de la moneda, que sitúa el origen de la inflación de precios en un aumento de la cantidad de dinero en circulación. No obstante, dicha doctrina había sido enunciada algunos años antes por los escolásticos tardíos españoles (Martín de Azpilcueta y Tomás de Mercado), que relacionaron la «revolución de los precios» con la llegada de metales preciosos de las colonias de América.


Jean-Baptiste Colbert (1619-1683)

Jean-Baptiste Colbert
Ministro del rey Luis XIV de Francia, exponente de la política mercantilista (Reims, 1619 - París, 1683). Su origen plebeyo y su eficiencia burocrática llegaron a hacerle tan leal e imprescindible para el rey (que le nombró marqués de Seignelay) como detestado por la corte. Procedente de una familia de mercaderes, entró al servicio de la Administración real y en 1651 se convirtió en secretario personal de Mazarino. Fue el propio cardenal el que se lo recomendó al rey, quien le nombró intendente de Finanzas en 1661.


Entretanto, Colbert se había preocupado por irse haciendo una fortuna personal con la gestión de negocios ajenos, al tiempo que acumulaba pruebas contra el superintendente Fouquet, cuyo puesto ambicionaba; finalmente consiguió la caída de Fouquet y acumuló los puestos de superintendente de Construcciones y Manufacturas (1664), controlador general de Finanzas (1665), secretario de la Casa del Rey (1668) y secretario de Marina (1669). Ennobleció a su familia y la convirtió en un clan que dominaba puestos claves de la Monarquía, aumentando así su poder y el odio que le tenía la nobleza.
Durante su gobierno, Colbert acabó con la corrupción que había marcado la era de Mazarino y abrió un periodo de prosperidad económica. Siguiendo en gran medida la línea política de Richelieu, creó y fomentó manufacturas; frenó las importaciones e incentivó las exportaciones; construyó carreteras, canales y puertos; impulsó el comercio creando compañías con participación estatal; amplió la flota; y puso las bases de la expansión colonial francesa en Canadá, las Antillas y Extremo Oriente.
Con todo ello convirtió a Francia en la primera potencia europea en el terreno industrial, consiguiendo una balanza comercial favorable, que era como creía que cada país acrecentaba sus reservas de metales preciosos y, por tanto, su riqueza, arrebatándosela a los países vecinos. Según las ideas del mercantilismo, esta política proteccionista e intervencionista estaba destinada a crear las bases económicas sobre las que reposaría la fuerza de la Monarquía; para hacer llegar la nueva riqueza a las arcas reales, reformó el sistema tributario haciéndolo más eficiente y racional.
El intervencionismo estatal no se limitó a lo económico: en gran parte se debe a Colbert la labor de codificación del Derecho, la uniformización administrativa desarrollada por la figura de los intendentes, el mecenazgo real sobre las artes a través de la creación de Academias y la intensa labor constructora del reinado de Luis XIV. Pero Colbert cometió también errores importantes: no consiguió implantar la libertad en el comercio interior, sacrificó la agricultura (de la que vivían la mayor parte de los franceses) a los intereses comerciales y la mayor parte de las compañías que creó acabaron fracasando.
En un exceso de nacionalismo económico (pues veía el comercio como «la guerra del dinero»), no dudó en llevar la rivalidad comercial al terreno de las armas, empujando a Luis XIV a la invasión de Holanda en 1672; aquella guerra fracasó ante la tenaz resistencia de los holandeses y sus costes gravaron pesadamente las finanzas francesas.



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